Hace ya más de un siglo que
apareció la primera evidencia sobre los beneficios de la memoria durante el
sueño.
El psicólogo alemán que dio con
ello, Hermann Ebbinghaus, rechazó la posibilidad debido a algunas anomalías en
sus resultados y no ha sido hasta cuarenta años después que el poder del
"efecto del sueño" pudo ser demostrado (Jenkins & Dallenbach,
1924).
Desde entonces, se han llevado a
cabo diversos estudios encaminados a encontrar qué tipos de memoria se ven
afectadas por el sueño, cuánto sueño es necesario y cómo funciona.
Este tema ha despertado mucho
interés, sobre todo con respecto a si el sueño afecta a la memoria relacionada
con hechos o también funciona para recordar los movimientos físicos. Resulta
sorprendente pensar en la idea de que fuese posible aprender de manera
inconsciente mientras dormimos.
Payne y colaboradores realizaron
un estudio en 2012 en el que trabajaron con un grupo de personas que
aprendieron una serie de pares de palabras, tales como CORREDOR e INTERRUPTOR,
a las 9 de la mañana o a las 9 de la noche.
Se realizaron comprobaciones a
los 30 minutos del aprendizaje, a las 12 horas y a las 24 horas.
Los resultados mostraron que,
dependiendo de si aprendieron durante la mañana o durante la noche, no existía
gran diferencia los resultados obtenidos a los 30 minutos.
Pero después de un tiempo más
prolongado, las diferencias fueron apareciendo.
Las personas que aprendieron los
pares de palabras antes de irse a dormir obtuvieron mejores resultados que
aquellos que las aprendieron durante la mañana.
Fern y Hambrick (2012) llevaron a cabo un estudio similar y obtuvieron los
mismos resultados: las personas que aprendieron antes del sueño obtuvieron
mejores resultados que aquellos que después de aprender permanecieron en
vigilia.
Estos investigadores también
encontraron que algunas personas, aquellos que tenían una mejor "memoria
de trabajo", eran especialmente buenos aprendiendo mientras dormían.
Los beneficios de los 6
minutos de sueño
Actualmente existen todo tipo de
estudios que demuestran que distintos tipos de aprendizaje mejoran si hay un
período de sueño sucesivo, como es el caso del aprendizaje de tipo procesual (aprender
a jugar al tenis, tocar el piano) que claramente se ve mejorado por períodos
sucesivos de sueño.
De manera similar, el aprendizaje
de tipo perceptivo, como ser capaz de distinguir dos notas de una escala y
diferenciarlas, también ha demostrado mejorar con períodos sucesivos de sueño.
Los investigadores se preguntaron
cuál sería el período más corto de sueño para seguir obteniendo los mismos
resultados. Se ha podido comprobar que información nueva se aprende mejor antes
de un periodo de ochos horas de sueño. Pero los beneficios del aprendizaje se
han podido demostrar en un estudio con una siesta tan corta como de 6 minutos
(Lahl, 2008).
Los
científicos no están totalmente seguros de por qué el aprendizaje mejora con el
sueño. La vieja teoría consideraba que los acontecimientos cotidianos
interfieren con los recuerdos recién incorporados provocando su desvanecimiento
o confusión. En otras palabras, es mejor dormir después de aprender para que no
interfieran los recuerdos recién adquiridos.
Actualmente,
no obstante, muchos psicólogos creen que existe un proceso activo que trabaja
mientras dormimos.
Durante
el periodo de inconsciencia, nuestra mente puede estar trabajando en los
recuerdos y codificándolos para su posterior recuperación.
Esta
es en parte, la razón por la que, como muchos otros, John Steinbeck señaló:
"Es
una experiencia habitual el que un problema que nos resulta difícil por la
noche se resuelva a la mañana siguiente después de que el comité del sueño haya
trabajado en ello".
Fuente: Jeremy
Dean (psicólogo) "Offline Learning: How the mind learns during
sleep"
El 20% de lo que OYEN
El 30% de lo que VEN
El 50% de lo que OYEN y LEEN
El 70% de lo que DICEN, y
El 90% de lo que HACEN!